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jueves, 18 de abril de 2013

El porqué del “Estómago vacío”


 El Hambre es Problema de Especulación, no de Producción o Escasez

* En la actualidad mil millones de personas en el mundo tienen el “estómago vacío” debido a la crisis alimentaria
*En el fondo está la erosión histórica de la sociedad y la naturaleza por un sistema económicamente expoliador, socialmente injusto y tecnológicamente insostenible
      
En la actualidad mil millones de personas en el mundo tienen el “estómago vacío” debido a la crisis alimentaria que es un eufemismo del hambre, flagelo que la modernidad prometió desterrar, nunca erradicó y que en el tercer milenio amenaza con incrementar la cifra, asegura Armando Bartra, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en su libro Hambre y Carnaval. Dos miradas a la crisis de la modernidad.
En el libro –coeditado por la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Unidad Xochimilco de la UAM y MC editores– el autor sostiene que esta crisis es resultado del impulso a la agricultura industrial que se fortaleció a mediados del siglo XX con el paquete tecnológico de la revolución verde.
La actual producción agrícola industrial causa severos y crecientes daños ambientales, que para preservar los ecosistemas sólo puede sustituirse por otras tecnologías para no enfrentar una abrupta caída en las cosechas que agravaría la escasez, comenta.
En el fondo de la crisis alimentaria, enfatiza, está la erosión histórica de la sociedad y la naturaleza por un sistema no sólo económicamente expoliador y socialmente injusto, sino tecnológicamente insostenible.
“Estamos entrampados y no saldremos del atolladero alimentario sólo por una vía posneoliberal y frenando los abusos, sino que además hay que abordar las cuestiones agropecuarias con paradigmas, técnicos y económicos poscapitalistas”, puntualizó.
Armando Bartra apunta que en el arranque de la crisis alimentaria en 2008, la transnacional Cargill incrementó sus rendimientos 86 por ciento, Monsanto 44 por ciento y Syngenta 26 por ciento. Según la Eurocámara la especulación es responsable del 50 por ciento del incremento de los precios.
El problema, señala, es que se considera que esencialmente es un problema de especulación y no de producción y escasez. No obstante hay otros factores que impactan en la oferta y presionan la demanda como el cambio climático que detonó pérdidas agropecuarias en Australia en 2008 y en Rusia en 2010.
En los últimos años una parte creciente de cosechas, tierras y aguas se destina a la producción de agrocombustibles en la que se emplea 20 por ciento de toda la caña de azúcar, 15 por ciento de la producción global de maíz y 40 por ciento de la producción estadounidense.
Además, afirma, se ha estancado la producción cerealera mundial y hoy comienza a disminuir, el abrumador empleo de fertilizantes ha impactado en los costos agrícolas, los precios en traslados y transformaciones de las agroindustrias y las políticas neoliberales llevaron a que muchos países periféricos desmantelaran su producción de alimentos para mercado interno y ahora son importadores netos.
El autor subraya que las causas están tan interconectadas que no puede cuantificarse la importancia de cada una: cambio climático, declive de productividad agrícola, competencia por el uso de la tierra, forraje para la ganadería,  los biocombustibles y la especulación en los mercados de futuros.
Armando Bartra asegura que la debilidad del enfoque que se centra en la especulación es que se presenta un falso panorama de abundancia alimentaria con una producción agrícola creciente a prueba de todo, y hacer un diagnóstico bajo esta perspectiva es peligroso porque sustenta presuntas soluciones unilaterales y sesgadas al problema central de la insostenibilidad agraria del capitalismo.
 

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