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jueves, 16 de mayo de 2013

Sobre el ayuno, dietas, atracones o uso de purgantes y laxantes


Conductas alimentarias de riesgo cada vez con mayor presencia en poblaciones universitarias

El miedo al sobrepeso presente en uno de cada cuatro estudiantes, y más de 64 por ciento insatisfecho con su imagen corporal, de acuerdo con estudio
Los riesgos y daños a la salud de adultos jóvenes están ausentes de la agenda de la salud pública en México

En México, las conductas alimentarias de riesgo (ayuno, dietas, atracones o uso de purgantes y laxantes) tienen cada vez mayor presencia en poblaciones universitarias y están asociadas al terror de los sujetos por subir de peso, señaló el doctor José Alberto Rivera Márquez, coordinador de la Maestría en Medicina Social de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En el proyecto Conductas alimentarias de riesgo y estrategias para la prevención de trastornos de la conducta alimentaria en estudiantes de la UAM, que dirige, se hizo un diagnóstico con 6,500 alumnos de las unidades Azcapotzalco, Iztapalapa y Xochimilco, en una primera etapa entre 2008 y 2009, y se encontró que el paso por la universidad puede ser estresante para algunos individuos por diversas razones.
 Desde el ingreso a la escuela, por tratarse de un ámbito desconocido; a lo largo de su formación, por el incremento de las cargas académicas y el desgaste que implica una dinámica altamente competitiva ante las escasas oportunidades laborales en un mercado precario que ofrece nulas o limitadas garantías de estabilidad y al que se enfrentarán en el corto plazo, explicó.
 En este diagnóstico se observó que si bien la prevalencia de conductas alimentarias de riesgo es baja, aproximadamente cuatro por ciento en mujeres y siete por ciento en hombres, una cuarta parte de los varones y alrededor de 41 por ciento de las mujeres expresó sentirse aterrorizados por tener sobrepeso, lo cual está relacionado con prácticas alimentarias de riesgo para la salud.
En términos generales, las conductas alimentarias de riesgo fueron más prevalentes entre quienes piensan que las personas delgadas son más exitosas, más atractivas y más aceptadas que las personas no delgadas.
 Obsesionarse con el ejercicio es común entre quienes ven en la práctica de actividad física una vía para alcanzar un ideal estético de belleza y delgadez determinado y no como un apoyo para estar saludable.
En este sentido, la preocupación por “quemar calorías” cuando se hace ejercicio está presente prácticamente por igual en uno de cada cuatro estudiantes de los dos sexos.
 Se observó también que más de 64 por ciento de la población de los dos sexos tiene insatisfacción con su imagen corporal.
En comparación con los varones, esta condición es más prevalente en mujeres que asocian la delgadez extrema con belleza y éxito, así como también en las estudiantes de sexo femenino que reportaron tener relaciones regulares o malas con sus padres, con otros miembros de su hogar y con sus pares.
 El proyecto, aprobado por la División de Ciencias Biológicas y de la Salud y adscrito al área de Estado y Servicios de Salud, en colaboración con la doctora Claudia Unikel Santoncini, del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”, continuará entre 2013 y 2015 con diagnósticos más pormenorizados.
 El académico subrayó que se llevarán a cabo talleres de prevención de trastornos de la conducta alimentaria y monitoreo de los participantes, con la finalidad de generar evidencia para justificar la creación de espacios institucionales de apoyo a estudiantes, y a la comunidad universitaria en general, buscando en todo momento garantizar el acceso a servicios de calidad y mejorar sus condiciones de salud.
Este proyecto también responde a la necesidad de investigar y atender problemas relevantes de salud colectiva, así como de formar recursos humanos.
A la fecha, sirve de plataforma para la formación de estudiantes, una de la Maestría en Medicina Social de la Unidad Xochimilco, otra de la Maestría en Ciencias Médicas, Odontológicas y de la Salud, de la Facultad de Medicina de la UNAM, así como de alumnos de las licenciaturas en Nutrición Humana y Psicología.
 Rivera Márquez sostuvo que las conductas alimentarias de riesgo también están relacionadas con los trastornos de la conducta alimentaria, que se dividen en anorexia, bulimia y trastornos no específicos.
Todos ellos pueden significar la pérdida de vida saludable y una muerte temprana en poblaciones jóvenes.
 Los trastornos de la conducta alimentaria están vinculados con estrés, ansiedad, depresión, abuso físico o sexual, problemas familiares, comparación o burlas provenientes de pares y familiares, baja autoestima e insatisfacción corporal, entre muchos otros factores.
 Aunque las más recientes encuestas nacionales de salud y nutrición de 2006 y 2012 reportan cifras de conductas alimentarias de riesgo para población adolescente, los peligros y daños a la salud de adultos jóvenes, como consecuencia de este tipo de condiciones, están ausentes de la agenda de la salud púbica en México.
 El doctor en epidemiología y salud poblacional precisó que la vida cotidiana exige estándares de belleza que pocas veces se alcanzan y que con mucha frecuencia deterioran la autoestima de los sujetos, a tal grado que éstos pueden iniciar o intensificar prácticas alimentarias y de actividad física riesgosas, con la finalidad de lograr un cuerpo bello, extremadamente delgado, en el caso de las mujeres, y musculoso, en el de los varones.

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