Conductas alimentarias de riesgo cada vez con mayor presencia en
poblaciones universitarias
El
miedo al sobrepeso presente en uno de cada cuatro estudiantes, y más de 64 por
ciento insatisfecho con su imagen corporal, de acuerdo con estudio
Los
riesgos y daños a la salud de adultos jóvenes están ausentes de la agenda de la
salud pública en México
En
México, las conductas alimentarias de riesgo (ayuno, dietas, atracones o uso de
purgantes y laxantes) tienen cada vez mayor presencia en poblaciones universitarias
y están asociadas al terror de los sujetos por subir de peso, señaló el doctor
José Alberto Rivera Márquez, coordinador de la Maestría en Medicina Social de
la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En
el proyecto Conductas alimentarias de riesgo y estrategias para la prevención
de trastornos de la conducta alimentaria en estudiantes de la UAM, que dirige,
se hizo un diagnóstico con 6,500 alumnos de las unidades Azcapotzalco,
Iztapalapa y Xochimilco, en una primera etapa entre 2008 y 2009, y se encontró
que el paso por la universidad puede ser estresante para algunos individuos por
diversas razones.
Desde el ingreso a la escuela, por tratarse de
un ámbito desconocido; a lo largo de su formación, por el incremento de las
cargas académicas y el desgaste que implica una dinámica altamente competitiva
ante las escasas oportunidades laborales en un mercado precario que ofrece
nulas o limitadas garantías de estabilidad y al que se enfrentarán en el corto
plazo, explicó.
En este diagnóstico se observó que si bien la
prevalencia de conductas alimentarias de riesgo es baja, aproximadamente cuatro
por ciento en mujeres y siete por ciento en hombres, una cuarta parte de los
varones y alrededor de 41 por ciento de las mujeres expresó sentirse aterrorizados
por tener sobrepeso, lo cual está relacionado con prácticas alimentarias de
riesgo para la salud.
En términos generales, las conductas alimentarias
de riesgo fueron más prevalentes entre quienes piensan que las personas
delgadas son más exitosas, más atractivas y más aceptadas que las personas no
delgadas.
Obsesionarse con el ejercicio es común entre
quienes ven en la práctica de actividad física una vía para alcanzar un ideal
estético de belleza y delgadez determinado y no como un apoyo para estar
saludable.
En
este sentido, la preocupación por “quemar calorías” cuando se hace ejercicio
está presente prácticamente por igual en uno de cada cuatro estudiantes de los
dos sexos.
Se observó también que más de 64 por ciento de
la población de los dos sexos tiene insatisfacción con su imagen corporal.
En
comparación con los varones, esta condición es más prevalente en mujeres que
asocian la delgadez extrema con belleza y éxito, así como también en las
estudiantes de sexo femenino que reportaron tener relaciones regulares o malas
con sus padres, con otros miembros de su hogar y con sus pares.
El proyecto, aprobado por la División de
Ciencias Biológicas y de la Salud y adscrito al área de Estado y Servicios de
Salud, en colaboración con la doctora Claudia Unikel Santoncini, del Instituto
Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”, continuará entre 2013 y
2015 con diagnósticos más pormenorizados.
El académico subrayó que se llevarán a cabo
talleres de prevención de trastornos de la conducta alimentaria y monitoreo de
los participantes, con la finalidad de generar evidencia para justificar la
creación de espacios institucionales de apoyo a estudiantes, y a la comunidad
universitaria en general, buscando en todo momento garantizar el acceso a servicios
de calidad y mejorar sus condiciones de salud.
Este proyecto también responde a la necesidad de
investigar y atender problemas relevantes de salud colectiva, así como de
formar recursos humanos.
A
la fecha, sirve de plataforma para la formación de estudiantes, una de la
Maestría en Medicina Social de la Unidad Xochimilco, otra de la Maestría en
Ciencias Médicas, Odontológicas y de la Salud, de la Facultad de Medicina de la
UNAM, así como de alumnos de las licenciaturas en Nutrición Humana y
Psicología.
Rivera Márquez sostuvo que las conductas
alimentarias de riesgo también están relacionadas con los trastornos de la
conducta alimentaria, que se dividen en anorexia, bulimia y trastornos no
específicos.
Todos
ellos pueden significar la pérdida de vida saludable y una muerte temprana en
poblaciones jóvenes.
Los trastornos de la conducta alimentaria
están vinculados con estrés, ansiedad, depresión, abuso físico o sexual,
problemas familiares, comparación o burlas provenientes de pares y familiares,
baja autoestima e insatisfacción corporal, entre muchos otros factores.
Aunque las más recientes encuestas nacionales
de salud y nutrición de 2006 y 2012 reportan cifras de conductas alimentarias
de riesgo para población adolescente, los peligros y daños a la salud de
adultos jóvenes, como consecuencia de este tipo de condiciones, están ausentes
de la agenda de la salud púbica en México.
El doctor en epidemiología y salud poblacional
precisó que la vida cotidiana exige estándares de belleza que pocas veces se
alcanzan y que con mucha frecuencia deterioran la autoestima de los sujetos, a
tal grado que éstos pueden iniciar o intensificar prácticas alimentarias y de
actividad física riesgosas, con la finalidad de lograr un cuerpo bello,
extremadamente delgado, en el caso de las mujeres, y musculoso, en el de los varones.
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