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martes, 26 de febrero de 2013

Nueve países restauran bienes culturales de México con nanotecnología

Restauradores de nueve naciones, incluida México, participan en el Proyecto Nano for Art, que busca brindar a especialistas nuevos sistemas de conservación del patrimonio cultural
Expertos de Italia, España, Reino Unido, Francia, Dinamarca, República Checa, Alemania, Eslovenia y México, trabajan con las fórmulas creadas por el restaurador italiano Piero Baglioni


Restauradores de nueve países, incluido México, participan en el Proyecto Nano for Art, que busca poner al alcance de especialistas en la materia nuevos sistemas de conservación basados en el uso de nanopartículas aplicables a la preservación de obras artísticas, como pinturas de caballete y al fresco, dibujos, libros antiguos y monumentos prehispánicos.
Se trata de una tecnología desarrollada por el doctor Piero Baglioni, de la Universidad de Florencia, Italia, quien en las últimas tres décadas ha utilizado la nanotecnología (que trabaja a nivel de átomos y moléculas) para la conservación del patrimonio cultural.
Durante su visita a México, para impartir la conferencia Nanotecnología aplicada a bienes culturales: Pintura mural y celulosa, en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museología (ENCRyM), de la Ciudad de México, y en la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente (ECRO), en Guadalajara, el experto se refirió al Proyecto Nano for Art, que surgió en Florencia a principios del año pasado.
Señaló que en esta iniciativa participan nueve naciones (Italia, España, Reino Unido, Francia, Dinamarca, República Checa, Alemania, Eslovenia y México), bajo la coordinación del Centro de Investigación en Coloides y Nanociencia (CSGI), de la Universidad de Florencia.
Baglioni detalló que en el caso de México, serán el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través del Museo Nacional de Antropología (MNA), y el Museo Nacional de Dinamarca (Nationalmuseet), las dos instituciones encargadas de hacer el dictamen final de esta tecnología basada en nanopartículas, que vino a revolucionar las técnicas de restauración a nivel mundial. Por parte de nuestro país también participan la ENCRyM y la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural, del INAH.
Nano for Art (http://www.nanoforart.eu), puntualizó el experto, tiene como objetivo principal trabajar con nuevos sistemas de nanomateriales (dispersiones de nanopartículas, soluciones micelares, microemulsiones y geles), creados para la conservación y preservación de bienes culturales muebles e inmuebles.
El proyecto, dijo, concluirá en diciembre de 2014, con la “validación de la tecnología y los
métodos desarrollados, así como actividades de capacitación”, para la conservación de obras
artísticas.
Actualmente, dijo el doctor Piero Baglioni, la conservación del patrimonio cultural está
basada principalmente en métodos tradicionales y materiales convencionales que a menudo
carecen de la necesaria compatibilidad con las obras de arte originales y un rendimiento
duradero que responda a los cambios del entorno natural y al uso de los bienes artísticos.
El principal reto de este proyecto, anotó, es la combinación de sofisticados materiales
funcionales derivados de la nanociencia y la nanotecnología, con métodos innovadores en la
restauración y conservación preventiva de obras de arte, con una eficiencia sin precedentes.
La primera fase busca poner al alcance de los restauradores (profesores y estudiantes
avanzados) sistemas nano-estructurados, como dispersiones de nanopartículas, soluciones
micelares, microemulsiones y geles, con el fin de ofrecer nuevas vías fiables para restaurar y
preservar obras de arte.
Sobre el trabajo con restauradores mexicanos, el doctor Piero Baglioni estableció una
estrecha relación desde 2002. Ha participado en la consolidación de los murales de la Zona
Arqueológica de Calakmul, Campeche, descubiertos en 2004, donde utilizó, para esos años, las
innovadoras técnicas de nanopartículas de hidróxido de calcio y bario, que “son compuestos muy
versátiles y eficientes para revertir algunos de los procesos de deterioro, entre ellos su
desprendimiento, que sufre este tipo de pintura mural creada sobre superficies de cal”.
Asimismo, ha trabajado con restauradores del INAH en la limpieza y consolidación de
murales prehispánicos de Cacaxtla (Tlaxcala), Cholula (Puebla), Tlatelolco (DF), Mayapán
(Yucatán), El Tajín (Veracruz), Monte Albán (Oaxaca) y Teotihuacan (Estado de México), entre
otros.
De igual manera, dicha tecnología ha servido para la eliminación de polímeros de vinilo y
acrílico (adhesivos sintéticos) de murales de las zonas arqueológicas de Mayapán, Cacaxtla y
Cholula; “tales materiales fueron aplicados en los años 70 en las antiguas pinturas, y con el paso
del tiempo, la acción de agentes físicos y mecánicos que interactúan sobre la superficie
(temperatura, humedad), aunado a la suciedad acumulada a lo largo de los años, modificaron la
apariencia de estos bienes culturales”.
Baglioni destacó que a diferencia de los polímeros, que con el tiempo se deterioraron,
amarillaron (oxidaron) y comenzaron a trabajar en contra de la superficie que debían proteger, “el
uso de nanopartículas hidróxido de calcio y bario son compuestos muy versátiles y eficientes
para revertir algunos de los procesos de deterioro que sufren las pinturas murales sobre cal, pero
también para llevar a cabo la desacidificación y la protección de materiales celulósicos (papel y
madera)”.
Con anterioridad, las innovadoras técnicas desarrolladas por Baglioni y su equipo también
se aplicaron en la limpieza de los frescos de Masaccio, Lipi y Masolino en la capilla Brancacci,
de la Iglesia de Santa María del Fiore, en Florencia.

También se han usado en la eliminación de las resinas de silicón de las pinturas murales de la gruta de la Basílica de la Anunciación, en Nazaret, Israel, que datan del siglo V-VI.

A su vez, las microemulsiones y soluciones micelares, desarrolladas en el CSGI, se han utilizado para la eliminación de vinilo y polímeros acrílicos en grandes superficies pintadas en la sacristía de la iglesia de San Salvador, en Venecia, y en la Sacristía Vieja de Santa Maria della Scala, en Siena.
Alumno sobresaliente del profesor Enzo Ferroni (1921-2007), Piero Baglioni se doctoró en Química Física, en 1977, en la Universidad de Florencia. Autor de más de 350 publicaciones en el campo de coloides e interfaces, ha sido desde mediados de los años 90 pionero en la aplicación de nanomateriales para la conservación del patrimonio cultural. Sus fórmulas han sido usadas por restauradores de todo el mundo.
El especialista adelantó que el plan de trabajo de Nano for Art, contempla crear sistemas con funcionalidades especiales y de bajo impacto ambiental, que podrían ser útiles en la limpieza y desacidificación de obras de arte móviles (papel, pergamino, tela, cuero, pinturas sobre lienzo), y también en la consolidación y limpieza de obras de arte inmuebles (pinturas murales, yeso y piedras).
Otras instituciones que apoyan a Piero Baglioni en su protocolo de investigación, son el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) y el Centre de Recherche et Restauration des Musées de France (CRRMF), éste último responsable de las colecciones de 1,200 museos del país galo. Además del Eastman Dental Institute de la University College London (UCL) y el Birkbeck College de la University of London, Reino Unido, y la Facultad de Restauración de la Universidad Pardubice, República Checa, entre otros.
Piero Baglioni finalizó que entre las líneas de acción del proyecto es la diseminación de esta tecnología entre la comunidad científica, mediante su acercamiento a los restauradores de las instituciones participantes.

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