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viernes, 21 de junio de 2013

Los búlgaros salen a la calle en favor de la democracia y contra la corrupción

Miles de búlgaros se manifiestan desde hace una semana en Sofía para expresar su exasperación ante la corrupción y pedir más democracia para su país, el más pobre de la Unión Europea (UE).
"Yo tenía siete años cuando mis padres me llevaban a manifestaciones en favor de la democracia, después de la caída del comunismo", recuerda Kamelia Mitova, de 31 años, encontrada esta semana durante un mitin en la capital búlgara. "Es increíble que todavía no se haya logrado ese objetivo", agrega esta ejecutiva de una empresa, acompañada de su hija.
Si bien las grandes manifestaciones de este invierno -que provocaron la caída del Gobierno de Boiko Borissov (conservador)- fueron desencadenadas fundamentalmente por los precios elevados de la electricidad y la pobreza, el movimiento iniciado el viernes pasado es de otra naturaleza, destacaron los politólogos.

 "Es una protesta en favor de la moralidad, no por el pan cotidiano. Los manifestantes son jóvenes y educados, no son pobres, contrariamente a los que protestaban en febrero".

El grueso de la movilización, apoyada por el jefe del Estado, Rossen Plevneliev (centro-derecha), se concentra en la capital. Todas las tardes, unos 10.000 manifestantes salen a las calles para gritar "¡mafia!" y "¡renuncia!" ante la sede del Gobierno y del Parlamento y exigir la dimisión del Gobierno del primer ministro, Planem Orecharski.
Este economista, que hace apenas tres semanas dirige un Gobierno de tecnócratas apoyado por los socialistas, se desprestigió al elegir a un responsable del partido de la minoría musulmana turca MDL, que participa en el Gobierno, un diputado muy controvertido y magnate de la prensa vinculado a un gran banco, para dirigir la Agencia de Seguridad Nacional (DANS).
El nombramiento de este hombre de 32 años, Deylan Peevski, sin experiencia en materia de seguridad, fue decidido en un cuarto de hora y sin debate en el Parlamento.
Dicha decisión, que para la población pone de manifiesto la sumisión del "poder político a la oligarquía", provocó estas nuevas manifestaciones. Su anulación, y las posteriores "excusas a los ciudadanos" de Plamen Orecharsky, no bastaron para que los habitantes regresaran a sus hogares.

-"NOLIGARQUÍA"-

"¡Noligarquía!" es una consigna que se destaca entre los manifestantes, con su acompañante "¡Norecharski!".
Aunque existe una gran cólera en la población, el ambiente hasta ahora ha sido tranquilo. Se protesta en familia, con los amigos o paseando al perro. No es raro ver a los manifestantes ofreciendo agua a los policías, pues Bulgaria atraviesa un período de canícula, como el resto de Europa central.
"Los manifestantes están de buen humor, son conscientes de la importancia de la sociedad civil, poco desarrollada hasta ahora", constata Antoaneta Hristova, del Instituto de Desarrollo en el Medio Público.
El carácter desesperado de las protestas del invierno pasado -marcadas por siete inmolaciones con fuego y enfrentamientos a veces violentos con la policía- no se observa en el actual movimiento, pero la determinación sigue existiendo. Los manifestantes quieren continuar hasta que el Gobierno renuncie.
Sin embargo, la dimisión de Plamen Orecharski podría agravar la crisis, "permitiendo que el modelo oligárquico sobreviva", destacó Evgueni Daynov, del Centro de Prácticas Sociales, resumiendo la opinión de numerosos politólogos.

Según el analista de Gallup Jivko Gueorguiev, las próximas elecciones podrían tener lugar en mayo de 2014, paralelamente a las elecciones europeas.

Una enmienda al Código Electoral destinada a dar una oportunidad a los partidos pequeños podría ser adoptada antes y "podrían surgir nuevos actores políticos", explicó Gueorguiev.
Los manifestantes de febrero-marzo no tuvieron tiempo de organizarse en un movimiento político para los comicios anticipados del 12 de mayo.
El salario medio es de unos 400 euros y la cifra oficial del desempleo podría llegar al 15% hacia finales de año, estimó el Gobierno.

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