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viernes, 7 de junio de 2013

Debido a la crisis, los españoles limitan sus compras a lo esencial


Menos ropa, menos cigarrillos, menos coches: en una España paralizada por la recesión y un desempleo récord, los consumidores reducen sus gastos a lo esencial, lo que debilita a las empresas y al pequeño comercio.
Esta semana, varios grandes nombres del comercio español, como el grupo textil Blanco y el fabricante de cigarrillos Altadis, pagaron las consecuencias.
Blanco, presente en 23 países con cerca de 300 tiendas y 2.000 empleados, presentó concurso de acreedores, insistiendo en "la delicada situación económica que sufre el país y que está afectando de manera muy especial a los mercados de crédito y de consumo".
Lejos del éxito de marcas como Zara y Mango, el sector español de la moda enfrenta dificultades: según la asociación de profesionales del textil Acotex, desde principios de 2013 las ventas acumulan un caída de 8,7%, lo que augura un séptimo año consecutivo en números rojos.
Este martes, Altadis decidió suprimir un 10% de sus efectivos y cerrar su fábrica de Cádiz, en Andalucía, aludiendo a "una caída de ventas en volúmenes de cigarrillos de más del 40% en los cuatro últimos años".
Para explicarlo, el grupo, filial del británico Imperial Tobacco (Londres: IMT.L - noticias) , cita "el considerable aumento del comercio ilícito provocado en gran medida por la situación de crisis económica". Las ventas de tabaco en el país cayeron de 4.510 millones de paquetes en 2008 a 2.670 millones de paquetes en 2012, afectadas también por la prohibición de fumar en los lugares públicos.
"En España, no sólo estamos ante una crisis financiera, económica o de empleo, sino que también nos encontramos ante una crisis de confianza, y esto se refleja en el consumo que no hace más que bajar", subraya Celia Ferrero, vicepresidenta de la Asociación de Trabajadores Autónomos.

En la cuarta economía de la Eurozona, golpeada por un desempleo de 27%, las ventas al por menor retrocedieron en abril un 2,6%, por 34º mes consecutivo.

"El aumento en las cifras del paro provoca que la familia priorice a la hora de realizar sus gastos: evidentemente, no puede prescindir de los elementos esenciales, como los suministros básicos y la alimentación, pero el resto del consumo está sufriendo una disminución", explica Rocío Algeciras, responsable del gabinete jurídico de la asociación de consumidores Facua. "Nos tememos mucho que se continuará así mientras que la situación económica y laboral de España no mejore", agrega.
No faltan los ejemplos para ilustrar este fenómeno. En el sector del automóvil, las ventas llegarán, con dificultades, a las 700.000 unidades este año frente a los 1,5 millones anuales de antes de la crisis, según los fabricantes. En la telefonía móvil, el número de líneas se redujo en 300.000 en marzo, por octavo mes consecutivo. Durante este mes de junio, las 43 tiendas en España de la cadena de electrodomésticos Darty bajan definitivamente la persiana.
El sector más afectado es sin duda el comercio, con el cierre de numerosas tiendas: desde el principio de la crisis, "eso se ha traducido en la desaparición de cerca de 47.000 autónomos y cerca de 500.000 empleos asociados al comercio en España", lamenta Ferrero. "Es una situación muy grave porque este sector en el fondo tiene un peso muy importante dentro de la economía española: emplea casi tres millones de personas" y "al final desaparecen muchísimos negocios y pequeñas empresas que conforman lo que es la base del tejido industrial".
Pero la crisis puede ser también la ocasión de hacer un necesario examen de conciencia: "creo que hay muchos comercios que deben reinventarse en España, modernizarse" en particular con horarios más adaptados, considera.
Recordando que este sector genera 5,3% del PIB, el gobierno español aprobó este viernes un plan de apoyo al pequeño comercio para hacerlo más competitivo, otorgándole créditos o ayudándole a vender en internet.
Para José Luis Nueno, profesor de dirección comercial en la IESE Business School de Madrid, el comercio podría mejorar ligeramente en 2014. Pero, advierte, "no volveremos a tener el consumo que tuvimos entre 2003 y 2010, porque aquello era una bonanza y no era realista".

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